En el Instituto de Neurociencias Aplicadas, valoramos profundamente la importancia de comprender la amplia gama de emociones que cada individuo experimenta a diario, ya que estas emociones desempeñan un papel fundamental en nuestro desarrollo y en cómo nos desenvolvemos en la vida cotidiana. En este sentido, la evaluación emocional permite obtener datos de la experiencia de vida de las personas, especialmente de la forma en que piensan y sienten, así como de la manera habitual en que se comportan, independientemente del contexto en que se encuentren.

 

Por lo tanto, gracias a la evaluación emocional se puede obtener evidencia del funcionamiento psicológico de cada individuo y de los procesos que subyacen a su comportamiento, de manera que se puedan detectar dificultades o problemáticas que influyen negativamente en su bienestar, además de explorar y reconocer los recursos internos que la persona tiene para afrontarlas. Como resultado, se pueden considerar posibles planes de intervención terapéutica, de resultar necesarios.