En todo el mundo, se estima que entre el 10% y el 20% de los adolescentes experimentan trastornos mentales, pero estos no se diagnostican ni se tratan adecuadamente. La etapa de la adolescencia es un periodo determinante para todas las personas debido a que durante esta el cerebro cambia, por ello, resulta fundamental instaurar hábitos sociales y emocionales relevantes para el desarrollo del bienestar mental de los jóvenes. Estos hábitos incluyen desde el adecuado manejo de relaciones interpersonales, hasta hábitos vinculados a la salud física y mental del individuo.
Pero para que todo esto impacte de manera positiva a futuro es importante que se desarrollen en un contexto favorable. Esto es relevante debido a que la generación de conexiones cerebrales combinadas con las fluctuaciones de los niveles sanguíneos de las hormonas y los neurotransmisores deja a los adolescentes muy susceptibles a influencias ambientales, tanto positivas como negativas.
La poda sináptica
Por increíble que parezca, durante la adolescencia nuestro cerebro se encarga de eliminar procesos de sinapsis que hemos desarrollado durante la infancia. Podría calificarse a este proceso como un depurador, pues durante la infancia hemos desarrollado un sinfín de conexiones sinápticas que, con el paso del tiempo, el cerebro las ha catalogado como ineficaces o incluso inservibles. En este sentido, durante la adolescencia el cerebro pierde un 7-10 % de materia gris porque se eliminan las conexiones sinápticas innecesarias.
Pero no hay de qué preocuparse pues este proceso es necesario para que nuestra corteza prefrontal se desarrolle. Nuestro cerebro crece de atrás hacia adelante. Es por ello que hasta la adolescencia el cerebro funciona principalmente en base a la corteza posterior y de abajo hacia arriba. Si tenemos en cuenta que la corteza pre-frontal regula las emociones, controla el comportamiento y los núcleos inferiores (amígdala), y está involucrada en la planificación y la toma de decisiones, es normal intuir el motivo por el cual tanto las emociones como las toma de decisiones durante la adolescencia resultan erráticas.
¿Cómo fomentar una adecuada formación del cerebro durante la adolescencia?
Ahora que sabes cómo se va desarrollando el cerebro de un adolescente, es más sencillo entender el porqué de su accionar. Sin embargo, resulta fundamental conocer algunos esquemas básicos que fomentarán un adecuado entorno para un desarrollo favorable que sea propicio para la maduración del joven. En este sentido te recomendamos:
1° Siempre escuchar: durante la adolescencia el joven atraviesa por una serie de cambios tanto hormonales como físicos que le generan dudas y cambios de comportamiento abruptos. Por ende, es importante estar dispuesto a escuchar todas sus inquietudes para que se sientan acogidos durante este difícil proceso.
2° Poner límites: esto aportará en la construcción de un entorno seguro para el joven. La idea no es solo escucharlos, ni pretender relacionarse con ellos como iguales. Como padres es importante instaurar límites que eviten comportamientos que los puedan poner en riesgo.
3° Mantener una comunicación abierta y constante: al respecto, es importante siempre brindar explicaciones coherentes sobre el por qué se instauran determinados límites. Fomentar entornos donde se pueda intercambiar información con seguridad y confianza afianzará la relación con el hijo. De esta forma el joven verá en el padre un referente para mantener relaciones sanas con el otro. Recuerden que si se busca fomentar en el hijo la creación de relaciones saludables, se debe de empezar con el ejemplo en la propia relación que se mantiene con este.
¿Has notado conductas raras en tu hijo adolescente? Si este es el caso no dudes en contactarnos. Pueden ser cambios propios de la misma etapa por la que atraviesa o quizás, se trate de algo más. Una consulta con un experto te ayudará a aclarar todas tus dudas.
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