Algunos síntomas, como la falta de atención o autocontrol, que son parte del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), se pueden parecer mucho a los síntomas de un Trastorno del Sueño, generando, en algunas ocasiones, diagnósticos errados.
Y en realidad, esta confusión no es tan descabellada, ya que tener problemas de atención puede afectar el sueño y, viceversa, los problemas del sueño pueden afectar la capacidad de atención. Incluso, una persona puede tener ambos trastornos. Sin embargo, los profesionales de la salud mental pueden diferenciarlos bien, ya que las causas de ambos son distintas, brindando así un diagnóstico preciso.
¿Crees que sufres alguno de estos trastornos? Aquí, te contamos la relación entre ambos:
Algunas de las formas en las que tener TDAH puede afectar el sueño son:
Tardar demasiado tiempo en “apagar el cerebro” para poder dormir, dificulta la relajación en la noche.
La medicación recomendada para el TDAH, dependiendo de la dosis, puede mantener su efecto hasta tarde en el día, retrasando también la relajación del cuerpo para dormir.
Por otra parte, los trastornos del sueño, que afectan la cantidad y calidad del sueño de un individuo, pueden interferir con su atención y nivel de energía durante el día de la siguiente manera:
Al despertar frecuentemente en las noches, no durmiendo bien ni lo suficiente, dificulta la capacidad de concentración al día siguiente, debido a la energía no recuperada.
Las dificultades para conciliar el sueño, en casos de insomnio, dejan a la persona medio somnolienta al día siguiente, un poco desorientada, con una atención medio dispersa y con menos alerta para realizar sus actividades diarias.
Incremento de trastornos conductuales, problemas emocionales y dificultades académicas y de memoria.
¿Cómo saber si mis síntomas son a causa del TDAH o de un trastorno del sueño?
Estos son algunos patrones para tener en cuenta que ayudarán a su médico a realizar un diagnóstico más preciso:
Horario de sueño: todos los días lleva un registro de la hora en que te acuestas y despiertas. Además, anota cómo es la calidad de tu sueño, si es ligero o reparador.
Ronquidos: toma nota si sueles roncar con frecuencia, si son ronquidos fuertes o leves, o si notas que por breves segundos se corta tu respiración.
Ejercicio: anota si los días en que realizas más ejercicio tu concentración mejora o logras conciliar el sueño más rápido y permanecer dormido por la noche.
Nutrición: toma nota de la cantidad de cafeína y comida “chatarra” que consumes al día, y observa si una alimentación saludable y balanceada ayuda a mejorar tu atención en el día y a dormir mejor.
Tiempo frente a las pantallas: ver televisión, estar mucho tiempo en el celular o jugar videojuegos puede dificultar la relajación por la noche. Intenta leer y hacer alguna otra actividad relajante para conciliar más rápido el sueño.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas que tienen problemas para dormir tienen TDAH. Sin embargo, para aquellas personas con TDAH tener problemas para dormir puede afectarlas en mayor medida.
Por eso, es muy importante hablar y registrar los patrones de sueño cuando se realice una evaluación para el TDAH con el fin de realizar un diagnóstico certero y un plan de tratamiento adecuado a cada caso, permitiendo mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Si tú o algún familiar cercano tienen sospechas de sufrir algún trastorno, o ya han sido diagnosticados y desean tratarse, no dudes en solicitar una cita con nosotros en nuestra sección de “Contacto”, o comunícate a nuestro “WhatsApp” para llevarte directamente con un asesor.
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