La depresión se define como un trastorno del estado de ánimo que cada vez está más extendido. De hecho, se ha convertido, en los últimos años, en la enfermedad invalidante más extendida a nivel mundial.
La depresión, suele caracterizarse por la experimentación de un bajo estado de ánimo la mayor parte del tiempo, junto a una pérdida de la capacidad de sentir placer o interés en actividades que anteriormente se disfrutaban. Este trastorno afecta significativamente todas las áreas de la vida de una persona, tanto laboral, personal, familiar y social, en donde suele ser muy característico un estado general de desesperanza y un aislamiento progresivo.
A su vez, hay otros síntomas de la depresión a nivel somático, como alteraciones de sueño, cambio de peso, dolores, así como a nivel cognitivo.
¿Cómo es que se desarrolla la depresión a nivel cognitivo?
El área cognitiva es una clave para el desarrollo y el mantenimiento de este trastorno. La interpretación errónea de los eventos y los errores sistemáticos al procesar la información es lo que se conoce como distorsión cognitiva y llevan a la persona a funcionar de manera desadaptativa. Aun siendo un trastorno de causalidad multifactorial, las distorsiones cognitivas tienen un peso muy grande en este trastorno.
¿Cuáles son las distorsiones cognitivas que existen?
Como ya lo explicamos, la forma en la que pensamos puede alimentar la depresión, y en este sentido, las distorsiones cognitivas más comunes que encontramos en la depresión son las siguientes:
Pensamiento dicotómico: tendencia a clasificar los acontecimientos en dos categorías opuestas. Es decir, o blanco o negro, se pierde la capacidad de valorar la escala de grises.
Abstracción selectiva: hace referencia a cómo la persona valora un evento en base a un detalle, ignorando a todos los demás.
Inferencia arbitraria: consiste en sacar conclusiones de un evento sin evidencias que lo apoyen, incluso ignorando aquellas que lo contradicen.
Personalización: esta distorsión se basa en atribuirse sucesos externos sin ninguna prueba.
Razonamiento emocional: consiste en interpretar la emoción como un hecho objetivo y no como una interpretación de la persona hacia un evento.
¡Alerta! Las emociones siempre nos suelen dar información que nos llevarán a la acción, hay que escucharlas siempre, pero no hay que tomar por objetivo todo lo que dicen.
Existen muchas más distorsiones cognitivas que hacen que podamos caer en una depresión o que esta se mantenga en nuestras vidas. Es de suma importancia el cuidar lo que pensamos y cómo lo pensamos. La buena noticia es que estas maneras de pensar son aprendidas y, por tanto, se pueden desaprender. Las intervenciones en depresión pasan por la adquisición de una nueva manera de evaluar y pensar.
Si notas que tu manera de pensar te está haciendo daño y que está interfiriendo en tu capacidad de disfrutar no dudes en pedir ayuda.
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