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Si alguna vez has sentido que te cuesta recordar nombres, fechas o simplemente dónde dejaste las llaves, aquí hay una buena noticia: hacer ejercicio hoy puede mejorar tu memoria hasta mañana. Un nuevo estudio de la University College London (UCL) ha revelado que la actividad física moderada a intensa no solo beneficia el cuerpo, sino que también fortalece la memoria por al menos 24 horas.
¿Por qué el ejercicio mejora la memoria?
Moverse no solo hace bien al corazón y los músculos, sino que también estimula el cerebro. Cuando realizamos actividad física, aumentamos el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que favorece la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina. Estos químicos son esenciales para la atención, el aprendizaje y la memoria.
El estudio encontró que los adultos de 50 a 83 años que realizaban actividad física moderada o intensa obtenían mejores resultados en pruebas de memoria al día siguiente. Es decir, no se trata solo de un beneficio inmediato, sino de una mejora que se mantiene con el tiempo.
El rol del sueño: el complemento perfecto
Pero no basta solo con hacer ejercicio. Dormir bien también es clave para consolidar la memoria. Los investigadores descubrieron que el sueño profundo, conocido como sueño de ondas lentas, potencia los efectos del ejercicio en el cerebro. Es durante esta fase cuando el cerebro organiza y almacena la información aprendida durante el día. Si te ejercitas y duermes bien, estarás dándole a tu cerebro el mejor combo posible para recordar mejor lo que aprendes y vives cada día.
El sedentarismo y la memoria: enemigos silenciosos
Por otro lado, el estudio también reveló que el sedentarismo prolongado está relacionado con una memoria de trabajo más deficiente. Pasar muchas horas sentado sin moverte puede ralentizar la actividad cerebral, afectando la capacidad de retener y procesar información.
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día?
No necesitas entrenar como un atleta para mejorar tu memoria. Aquí algunas formas sencillas de integrar la actividad física en tu rutina:
Caminatas diarias: 30 minutos de caminata rápida pueden hacer una gran diferencia.
Subir escaleras en lugar de usar el ascensor: Pequeñas acciones suman grandes beneficios.
Bailar: Además de ser divertido, mejora la coordinación y estimula el cerebro.
Ejercicios de fuerza moderados: Ayudan a mantener el cuerpo y la mente en forma.
Yoga o estiramientos: No solo relajan, sino que también contribuyen a la circulación y oxigenación del cerebro.
En resumen, el ejercicio es una herramienta poderosa para mantener nuestra memoria en buen estado. No solo ayuda a recordar mejor el presente, sino que también puede proteger nuestra salud cognitiva a largo plazo, y si lo combinamos con un buen descanso, el impacto es aún mayor.
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