¿Sabías que las mujeres que fuman durante el embarazo tienen un mayor riesgo de experimentar depresión posparto?
¡Así es! Si bien es conocido que el tabaquismo durante el embarazo es perjudicial por ocasionar efectos adversos en la salud del feto, muy poco se ha hablado sobre sus implicaciones en la salud mental materna. Y es que el tabaquismo durante el embarazo puede desencadenar cambios biológicos y psicológicos que aumentan la vulnerabilidad a la depresión posparto.
En primer lugar, fumar durante el embarazo puede afectar los niveles de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina, y generar estrés oxidativo en el cuerpo causando daño celular, factores que están implicados en la regulación del estado de ánimo y bienestar emocional, predisponiendo a la madre a la depresión. Además, la exposición a los compuestos tóxicos presentes en el humo del tabaco puede desencadenar una respuesta inflamatoria crónica en el cuerpo afectando el funcionamiento del sistema nervioso central y contribuyendo a la aparición de síntomas depresivos.
A nivel psicológico, esos niveles más altos de estrés y ansiedad, ya sea debido a las preocupaciones sobre los efectos del tabaquismo en el feto, la presión social para dejar de fumar o factores relacionados con el estilo de vida, pueden aumentar el riesgo de depresión posparto.
Incluso, las madres que fuman durante el embarazo pueden experimentar sentimientos de culpa y vergüenza, especialmente si están conscientes de los riesgos que el tabaquismo genera en la salud del feto. Estos sentimientos pueden contribuir a la angustia emocional, la baja autoestima y al aislamiento social, aumentando la vulnerabilidad a la depresión posparto al reducir el apoyo social y emocional disponible para la madre.
Todo ello, se ve reforzado por los hallazgos de una investigación realizada por profesionales de los departamentos de medicina de distintas universidades de Estados Unidos y Australia, en donde se encontró que de las mujeres que informaron haber fumado durante el embarazo, donde el 32,6% fumaba a alta intensidad, fueron justamente aquellas quienes tuvieron síntomas de depresión posparto mucho más fuertes.
Lo más resaltante es que los síntomas depresivos posparto pueden manifestarse no sólo en los primeros meses después del parto, sino que pueden persistir en el mediano y largo plazo, afectando negativamente la salud y el bienestar tanto de la madre como del bebé, especialmente porque la madre podría tener problemas para establecer y mantener un vínculo emocional saludable con su hijo, lo que puede impactar en el desarrollo emocional y cognitivo del niño en el largo plazo.
Es así, que se destaca la importancia de ofrecer apoyo y recursos adecuados, así como contar con políticas y programas de salud pública, para concientizar a las mujeres embarazadas que fuman, no solo para reducir los riesgos en la salud del feto, sino también para proteger la salud mental de la madre.
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