La posibilidad de conversar con nuestros seres queridos fallecidos, aunque suene a un capítulo sacado de una novela de ciencia ficción, es ahora una realidad gracias a la inteligencia artificial (IA).
Sin embargo, investigadores de la prestigiosa Universidad de Cambridge están levantando una bandera de alerta sobre los riesgos psicológicos de esta práctica que, a primera vista, podría brindar consuelo pero que, en la práctica, podría convertirse en una especie de persecución digital para quienes quedan atrás.
Estos "Deadbots" o "Robots Muertos", como se les ha llamado, son más que simples creaciones tecnológicas. Son chatbots impulsados por algoritmos complejos que simulan los patrones de lenguaje y personalidad de nuestros seres queridos, utilizando las huellas digitales que dejaron en vida. Imagina tener la posibilidad de recibir un mensaje de texto o una llamada de voz que parece ser de tu abuelo fallecido, reconociendo tus logros recientes o simplemente preguntándote cómo estás. Suena reconfortante, ¿verdad? Pero aquí es donde la trama se vuelve intrigante.
Estos “Deadbots” podrían no ser solo una forma de recordar a nuestros seres queridos, sino que pueden llegar a tener un impacto psicológico profundo si una persona comienza a interactuar diariamente con estas recreaciones digitales. Por ejemplo, el vínculo emocional con los seres queridos fallecidos involucra regiones del cerebro asociadas con la memoria, la empatía y la regulación emocional, y simular este vínculo a través de la IA podría afectar la manera en que el cerebro procesa el duelo y la pérdida.
Esto hace que aquellas personas que encuentran consuelo al principio con esta conexión puedan sentirse abrumadas tiempo después por la constante presencia digital de sus seres queridos fallecidos. Es como si el duelo se prolongara indefinidamente en el ciberespacio, convirtiéndose en un peso emocional difícil de sobrellevar.
Y, ¿cuáles son las consecuencias de un duelo no resuelto? Pues, esto puede influenciar en la percepción de la realidad y el poder distinguir entre lo real y lo artificial, contribuyendo a problemas de salud mental, como la depresión, ansiedad y estrés postraumático. Incluso estos hechos podrían resultar muy angustiantes para los niños al insistir en que un padre o madre fallecido todavía “está con ellos".
Peor aún, estos “Deadbots” también pueden ser una herramienta para las empresas. Sí, has leído bien. ¿Te imaginas recibir un mensaje de texto de tu madre fallecida recomendándote productos o servicios con su manera de ser o hablar? Si bien parece sacado de una pesadilla, esto podría convertirse en una realidad si no establecemos estándares de seguridad desde el principio evitando inscribirnos o brindar consentimientos para ser recreados virtualmente después de nuestra muerte y así controlar el "acecho digital por los muertos" hacia nuestros seres queridos que se mantengan con vida.
Entonces, ¿dónde nos deja todo esto? Ante todo, es momento de reflexionar sobre cómo queremos recordar a nuestros seres queridos y cómo queremos ser recordados cuando ya no estemos aquí. La tecnología puede ser un puente entre el pasado y el presente, pero también debemos recordar que nuestra humanidad, nuestras emociones y nuestra dignidad son sagradas, incluso en la era digital.
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Fuente: Psiquiatria.com
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