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La meditación revierte el envejecimiento del cerebro



Uno de los descubrimientos más importantes con respecto a la práctica de la meditación es que meditar permite remover e implantar hábitos casi a voluntad. Esto es lo que se conoce como neuroplasticidad. Por medio de la meditación uno puede generar importantes cambios cerebrales capaces de alterar la mente, los hábitos, la capacidad de atención y la retención de información, es decir, la memoria.


A lo largo de los años, en el cerebro se van formando canales de pensamientos, es decir, vías físicas que controlan la forma en la que pensamos y, con frecuencia, también nuestra manera de sentir. Muchas veces estas vías o hábitos llegan a estar tan fijados que parece imposible transformarlos.


Los avances en la tecnología médica han permitido a los científicos medir los efectos de la meditación sobre la neuroplasticidad. Nuestros hábitos y patrones de comportamiento son surcos dentro de nuestro cerebro y al momento que vivimos una experiencia externa, el cerebro juega el rol de un tocadiscos y empieza a pasar la púa por el surco correspondiente que responde a la situación en base a una serie de comportamientos aprendidos.


Los surcos se van haciendo cada vez más profundos con el tiempo y, en última instancia, no hay una barrera aparente entre los hábitos que adquirimos de manera externa y nuestra identidad. Es por eso por lo que es tan difícil cambiar los malos hábitos. La adquisición de estos últimos puede resultar perjudicial en tanto, conforme van pasando los años, termina por repercutir en el desarrollo de otras habilidades mentales que doten al cerebro de una adecuada capacidad de respuesta.


Pero ¿Cómo influye la meditación en el cambio de hábitos?


Recientemente, investigadores de Harvard han demostrado que practicar meditación de manera regular engrosa nuestra corteza cerebral. Al parecer nuestra corteza adelgaza conforme vamos envejeciendo, pero en las personas que meditan habitualmente la materia gris tiende a hacer el efecto contrario, es decir, tiende a engrosar. ¿Esto cómo influye en el cambio de hábitos? Bueno, la materia gris es la parte externa del cerebro que se encuentra e influencia en las regiones del cerebro encargadas de la toma de decisiones, el autocontrol y la memoria.


Dicho estudio, contó con la participación de 20 meditadores experimentados y se comparó su cerebro con 15 personas que no habían meditado en su vida. Todos los participantes eran adultos y provenían de una amplia gama de profesiones, excepto cuatro de ellos, que eran maestros del yoga. Los resultados evidenciaron que las personas que meditaban un promedio de 40 minutos al día mostraban un aumento del grosor de la materia gris, en comparación con los no meditadores. Cabe destacar que aquellos que llevaban años meditando evidenciaban un mayor cambio en la estructura de su cerebro. Es decir que los monjes tenían una mayor capacidad de atención y memoria por lo que disfrutaban de una vejez lúcida.


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Para más información concerniente al funcionamiento del cerebro, trastornos psiquiátricos y procedimientos de análisis eficaces puedes consultar nuestra sección de noticias.

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