Según el Ministerio de Salud (MINSA) los trastornos mentales comunes y severos, como la psicosis, aparecen antes de los 14 años de edad. Sin embargo, los primeros síntomas suelen manifestarse entre los 20 y 30 años.
La psicosis es un trastorno mental que afecta el funcionamiento del cerebro y se caracteriza por la pérdida del contacto con la realidad, alterando la percepción, el comportamiento, el pensamiento y las emociones de la persona. Este trastorno mental no tiene una sola causa, sino que es un fenómeno multifactorial que puede generarse por varios factores combinados como la predisposición genética, influencia del ambiente, experiencias traumáticas, consumo de sustancias y más.
Los síntomas más característicos de un brote psicótico son los siguientes:
Alteraciones de pensamiento: desorientación, dificultad para comprender lo que sucede e incapacidad para distinguir entre la realidad y la fantasía.
Alucinaciones: percepción de que algo existe, sin que exista el estímulo que lo justifique. Las alucinaciones pueden ser visuales, olfativas, táctiles, pero las auditivas, como escuchar voces, son las más frecuentes.
Delirios: creer que algo está sucediendo y es verdadero, divorciado de la realidad. Por ejemplo, sentir que alguien te observa o persigue para hacerte daño.
Existen otros síntomas para identificar un brote psicótico; sin embargo, estos son un poco confusos, ya que otros tipos de trastornos también los comparten, como, por ejemplo:
Cambios de humor prolongados
Cambios en el comportamiento
Nerviosismo
Ansiedad
Dificultad para concentrarse
Problemas de sueño
Descuido de la higiene personal
Habla incoherente
Falta de motivación
Para identificar una de estas señales oportunamente o para saber cómo abordar un brote psicótico, la psicoeducación es una herramienta valiosa. Este abordaje permite que el paciente, y su familia, tenga los recursos necesarios para afrontar el trastorno mental y sus posteriores recaídas, ya que se ha demostrado que los cuadros psicóticos recurren cuando hay situaciones de mayor estrés o de desequilibrio emocional y/o afectivo.
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