Corteza es un término que describe, por ejemplo, la parte exterior de plantas como un árbol o frutas como la sandía. En el caso de los humanos, nuestra corteza cerebral tiene entre 2 y 4 mm de grosor dependiendo de la zona concreta y recubre la superficie del cerebro. Está compuesta de sustancia gris que es en dónde se encuentran principalmente los cuerpos celulares de las neuronas.
Las neuronas no se colocan simplemente en fila una detrás de otra, sino que forman capas. En la corteza cerebral humana se distinguen seis capas diferentes de neuronas. Estás capas se ven en el cerebro de todos los mamíferos, pero no en el resto de las especies animales que pertenezcan a otros grupos. Además de esta organización horizontal por capas, los científicos han visto que existe una organización en columnas o más bien radial y que cada mini columna comprendería entre 80 y 100 neuronas.
Otra cosa muy importante a tener en cuenta es que la corteza cerebral no es lisa como la corteza de una sandía. Todo lo contrario, está llena de pliegues. Es lo que se conoce como circunvoluciones o giros, que son las partes elevadas, y surcos, qué son las hendiduras de esa corteza cerebral. Este plegamiento hace que en un mismo volumen en nuestro cráneo quepa mucha más superficie de corteza cerebral y por tanto pues más neuronas. Si no estuviera tan plegado, para poder tener el mismo número de neuronas ¡deberíamos tener cabezas enormes!
¿Cómo se divide la corteza cerebral?
El plegamiento de la corteza cerebral no es algo único de los humanos. Es algo que se ve en la mayoría de los mamíferos. Nuestra corteza cerebral se puede dividir en diferentes regiones, es como si tuviéramos un terreno con colinas con subidas y bajadas dividido en diversas parcelas. Estas áreas se llaman áreas de Brodmann, en honor al neurólogo que las descubrió al inicio del siglo xx. Esta división la hizo según sus propiedades histológicas, es decir, mirando el cerebro mediante un microscopio.
Gracias en gran parte a las técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional se ha podido ver que existen diferentes zonas de la corteza cerebral que se encargan de diferentes funciones cognitivas, por eso se suele hablar de regiones de la corteza según su función, por ejemplo se habla de la corteza motora primaria, que es la encargada de que podamos mover nuestro cuerpo o la corteza visual primaria que se encuentra en la zona posterior del cerebro y se encarga de recibir la información visual que llega a través de los ojos.
Pero además también podemos dividir la corteza cerebral anatómicamente en diferentes lóbulos. Son precisamente los surcos del cerebro los que nos permiten definir dónde empieza y dónde acaba un lóbulo del cerebro. Los nombres de los lóbulos se corresponden con los nombres de los huesos del cráneo que se sitúan en la misma región, pero por encima del cráneo. Además, es importante tener en cuenta que como tenemos dos hemisferios, siempre habrá dos lóbulos, uno por cada hemisferio.
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