Un brote psicótico es un episodio en el que una persona pierde temporalmente el contacto con la realidad. Durante este período, quien lo experimenta puede presentar alucinaciones, delirios y pensamientos desorganizados, lo que impacta gravemente su vida diaria y sus relaciones interpersonales. Pero, ¿por qué ocurre? ¿Quién puede sufrir uno? Vamos a adentrarnos en este tema.
En primer lugar, ¿Qué es exactamente un brote psicótico?
Imagina que, de repente, comienzas a escuchar voces que nadie más escucha o a creer firmemente que tienes poderes especiales o que estás siendo vigilado. Eso es lo que puede sentir alguien durante un brote psicótico: una alteración intensa de la percepción y el pensamiento. Las alucinaciones (ver o escuchar cosas que no existen) y los delirios (creencias falsas o irracionales) son características comunes de estos episodios.
En algunos casos, puede haber síntomas leves que no resultan obvios de inmediato, mientras que en otros, la desconexión con la realidad es más evidente y grave. Lo importante es saber que, aunque puede ser un episodio aislado, también puede formar parte de un trastorno mental mayor, como la esquizofrenia o el trastorno esquizoafectivo.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de un brote psicótico?
Alucinaciones: Ver, oír o sentir cosas que no están realmente ahí.
Delirios: Creencias falsas que no se ajustan a la realidad, como pensar que eres una figura histórica famosa o que alguien te persigue.
Pensamiento desorganizado: Dificultad para conectar ideas o para expresarlas de manera coherente.
Comportamiento inusual: Vestirse de manera inapropiada o actuar sin razón aparente.
Emociones desajustadas: Mostrar una falta de respuesta emocional o emociones que no coinciden con la situación.
Ahora, ¿Qué causa un brote psicótico?
No existe una única causa para un brote psicótico; más bien, suele ser el resultado de una combinación de factores. Aquí te explicamos algunos de los más comunes:
Trastornos mentales previos: Personas con esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo u otros trastornos psicóticos.
Estrés emocional: Situaciones como la pérdida de un ser querido, experiencias traumáticas o estrés crónico pueden desencadenar un episodio psicótico en personas predispuestas.
Consumo de sustancias: El uso de drogas como la marihuana, el LSD o las anfetaminas puede provocar brotes temporales.
Condiciones médicas: Algunas enfermedades que afectan el sistema nervioso central, como el Alzheimer o infecciones cerebrales.
Genética: Si hay antecedentes familiares de trastornos psicóticos, el riesgo de experimentar un brote es mayor.
¿Quién puede padecer un brote psicótico?
Cualquier persona puede sufrir un brote psicótico, aunque como mencionamos líneas arriba algunos grupos tienen un mayor riesgo. Incluso, los jóvenes, particularmente los varones entre 18 y 25 años, suelen ser los más propensos a sufrir estos episodios cuando se enfrentan a los primeros desafíos de la vida adulta.
¡Pero no te alarmes! Un brote psicótico puede tratarse, generalmente, con medicación y terapia psicológica. Los antipsicóticos ayudan a estabilizar al paciente y a controlar los síntomas, mientras que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es muy efectiva para ayudar a la persona a comprender lo que le ha ocurrido y a desarrollar estrategias para afrontar futuros episodios, siendo la familia y amigos un apoyo esencial en el proceso.
Si tú o alguien cercano experimenta síntomas de un brote psicótico, no dudes en buscar ayuda profesional y solicitar una cita con nosotros a través de nuestro “WhatsApp” para llevarte directamente con un asesor. La intervención temprana es clave para prevenir complicaciones y asegurar una mejor calidad de vida.