Todos hemos sentido ansiedad en algún momento. De hecho, es un sentimiento normal que se puede presentar frente a diversas circunstancias a las que nos debamos de enfrentar. Por ejemplo, podemos sentir ansiedad frente a una presentación importante que debamos de hacer en el futuro cercano, pero eso no implica que sea algo negativo, ya que esa misma ansiedad puede impulsarnos a dar lo mejor de nosotros. Sin embargo, el problema está cuando no tenemos control sobre los sentimientos que esta desencadena y en vez de sacar lo mejor de nosotros, saca lo peor.
¿Sabes cómo diferenciar los sentimientos de ansiedad de un trastorno de ansiedad generalizada? La respuesta está en la intensidad. Por ejemplo, es un día normal de trabajo y te han encargado un proyecto importante, lo cual en definitiva implica una gran responsabilidad. ¿Cómo lo afrontamos en una situación normal? Posiblemente te emociones y te organices lo suficientemente bien para lograr tus objetivos y culminar el proyecto exitosamente. Pero claro está que siempre van a surgir complicaciones en el camino y quizás esto desencadene episodios de ansiedad. ¿Qué pensarás entonces? Quizás dudes de tus propias capacidades y te plantees el escenario en el cual no logras cumplir satisfactoriamente con el proyecto, por lo que es probable que aumente la preocupación hacia este. ¿Qué pasará? Puede que tomes estos sentimientos y los canalizas en acciones para evitar que este escenario se concretice. Quizás te esfuerces más de lo debido, pero al fin y al cabo lograrás presentar el trabajo exitosamente. Esto es lo que conocemos como ansiedad a secas.
En definitiva, el trastorno de ansiedad generalizada implica un escenario completamente diferente. Partiendo de las mismas preocupaciones, lo que ocurrirá es que empezarás a somatizar esos pensamientos y te empezará a doler la espalda o la cabeza o incluso es posible que sientas un malestar general y en conjunto con el dolor, las preocupaciones se sentirán como una carga, haciendo que la vida se viva como algo agobiante o con una sensación de no tener control. Es así que, en vez de impulsarte a ti mismo a evitar este escenario fatalista, te convencerás de que no hay posibilidad de cambiarlo y entrarás en un estado de angustia y desesperación, que, en consecuencia, desencadenará el cumplimiento de este futuro nefasto.
Dos escenarios que parten de un mismo hecho, pero que son abordados de maneras distintas, y aunque nos pueda llegar a parecer extremista, lo cierto es que el trastorno de ansiedad generalizada es mucho más común de lo que creemos. Los estudios de prevalencia anual de trastornos mentales en la Encuesta Mundial de Salud Mental auspiciada por la OMS han encontrado una alta variabilidad en la prevalencia de estas en diversos países, desde 4,3% en Shangai hasta 26,4% en los Estados Unidos, mientras que en México la prevalencia fue del 12,2% y en Colombia del 17,8%; pero lo curioso de estas estadísticas radica en que este estudio encontró que, dentro de estos trastornos, el de ansiedad tenían la más alta prevalencia.
Teniendo en cuenta estos datos y siendo conscientes de las implicancias que supone en realidad padecer de este tipo de trastorno, nos surgen interrogantes sobre el por qué no se ha visibilizado la importancia de tratar este tipo de enfermedades con mayor incidencia, y es entonces que encontramos la respuesta en las percepciones que tiene nuestra sociedad sobre la salud mental. En el Perú, la variedad sociocultural y su interrelación con el nivel educativo son especialmente importantes en los problemas de salud. Esto se debe principalmente a que los mitos y prejuicios están muy extendidos. Con relación a esto, según un informe de salud mental en el Perú, los motivos que manifestaron una serie de encuestados para no buscar atención fueron, en orden de frecuencia: “lo debía superar solo” 59,4%, “no tenía dinero” 43,4%, “falta de confianza” 36,9% y “duda del manejo del problema por los médicos” 30,8%, entre otras. Lo cual evidencia y confirma la influencia que tienen los factores culturales sobre las percepciones sobre la salud mental.
Por ello, si crees padecer o conoces a alguien que padezca este trastorno, no lo pases por alto. Es importante que la persona afectada sea atendida por un médico especialista que la ayude a afrontar esta enfermedad para que se recupere satisfactoriamente y pueda reincorporarse a la vida en sociedad.
Bibliografía:
. Trastornos de ansiedad (s.f). Teens Health. Recuperado de: https://kidshealth.org/es/teens/anxiety-esp.html#:~:text=La%20ansiedad%20puede%20describirse%20como,amenaza%20que%20est%C3%A1%20por%20suceder.cdc.gov/childrensmentalhealth/spanish/anxiety.html [17 de mayo del 2021]
de Salud Mental, E. E. M., GENERALES, H., & DE, C. D. S. (2002). Informe General. Anales de Salud Mental 2002; XVIII, 1-2.
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