¿Crees conocer todo sobre tu hijo? Bueno, es probable que tu hijo esté pasando por un periodo de ansiedad y tú no te hayas dado cuenta. Seguro te estarás preguntando, ¿De qué puede sentir ansiedad un niño? ¿Qué preocupaciones puede tener? Bueno, si te has planteado estas preguntas desde el inicio te recomendamos que reformules tu forma de pensar.
Los niños tienen preocupaciones al igual que los adultos. Sin embargo, el enfoque que le dan a estas es distinto. Por ejemplo, un factor que les puede generar ansiedad es la muerte, pues, al ser todavía pequeños, no comprenden las implicancias de la misma y surgen ante ellos interrogantes cómo ¿Por qué ya no voy a poder ver a tal persona? o sin irnos a casos tan extremos, un factor que puede generar ansiedad es la posibilidad de que sus padres se separen. O en la escuela misma: las preocupaciones por las evaluaciones, las relaciones con sus compañeros, entre muchas otras cosas.
Tranquilo, esto suele pasar más de lo que crees. No, no eres un mal padre. Simplemente es difícil percatarse de este tipo de trastornos en la infancia porque no son tan evidentes como, por ejemplo, la hiperactividad. Lo que sí te recomendamos, es que converses siempre con tu hijo, para conocer sus preocupaciones y miedos. Tomando esto en cuenta, resulta evidente que para poder conversar de manera empática tienes que esforzarte por entender el por qué de los miedos y preocupaciones que tienen. No los menosprecies, ni los disminuyas, dales importancia. En este sentido, debes tomar en cuenta que emplear la frase “tu única preocupación debe ser estudiar” es un poco cruel, considerando el universo en el que se ven inmersos los niños.
Una vez que te has desprendido de tus prejuicios sobre la infancia (no te olvides que tú también fuiste un niño) y ahora que has entendido los diversos motivos que pueden llevar a un niño a desarrollar ansiedad, pasemos a lo importante: los síntomas. Los síntomas de la ansiedad en los niños pueden incluir problemas para dormir, además de síntomas físicos como fatiga, dolores de cabeza o dolores de estómago. Sin embargo, los niños ansiosos no suelen hablar sobre sus preocupaciones y, debido a esto, los síntomas tienden a pasar desapercibidos antes los padres e incluso doctores. Esto se debe principalmente a que la ansiedad infantil está categorizada como un trastorno internalizante. Pero, ¿En qué consisten este tipo de trastornos?
En rasgos generales, los trastornos mentales que puede presentar un niño se agrupan en dos grandes categorías: internalizantes y externalizantes. Esta distinción se basa en saber si el trastorno se presenta de manera conductual (externalizante) o cognitiva (internalizante). Entonces, mientras que los trastornos externalizantes están constituidos por enfermedades como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (con síntomas bastante notorios), los internalizantes están constituidos por trastornos como la depresión y la ansiedad que raramente constituyen el motivo de consulta, y suelen descubrirse a medida que el profesional indaga en lo que el niño siente o piensa.
En los casos de ansiedad infantil, nos es posible percatarnos de un agravamiento de aquellos miedos que se suelen presentar durante los primeros años de la infancia y que resultan teniendo una función adaptativa hacia los cambios de nuestro entorno en un primer momento. Es precisamente por este factor adaptativo que, por lo general, la ansiedad desaparezca conforme el niño adquiera una mayor maduración tanto neurológica como social. Sin embargo, en los casos en los que no ocurre esto, este agravamiento puede terminar acumulándose y contribuir a la generación de un estado permanente de alerta, lo cual genera síntomas como el aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la frecuencia respiratoria, sudoración de manos, dificultad para conciliar el sueño, etc.
La hiperactivación que deriva de este estado permanente de alerta tiene tres consecuencias fundamentales:
Riesgo de que se desencadenen los primeros ataques de pánico
Tendencia a vivir constantemente preocupado, originándose un trastorno de ansiedad generalizada posterior
Desarrollo de una atención excesiva a sensaciones internas relacionadas con la ansiedad.
Teniendo esto en cuenta, ¿Qué se puede hacer? Cada caso requiere un abordaje terapéutico individualizado que adopte un enfoque de tipo sistémico, en el que se exploren las relaciones que el niño mantiene con sus figuras de apego o con otras personas que formen parte de sus espacios de participación (como la escuela, por ejemplo). Y es a partir de este punto que se podrán trazar análisis orientados a comprender las relaciones que existen en el núcleo familiar y los motivos que desencadenan la conducta del niño.
Bibliografía:
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. El miedo a la muerte en los niños (s.f). Consulta 21. Recuperado de: https://www.consulta21.es/miedo-a-la-muerte-en-ninos/ [17 de mayo del 2021]
. Trastornos internalizantes: qué son, tipos y tratamientos (s.f). Psicología y mente. Recuperado de: https://psicologiaymente.com/clinica/trastornos-internalizantes [17 de mayo del 2021]
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